Paragüay 20 de febrero de 1987
Excelentísimo Señor Presidente de la República de Chile
Augusto Pinochet:
Quien ésta
escribe es un obipo católico, de nacionalidad mejicana y con residencia en
Acapulco Gro., He venido a Bolivia para brindar los auxilios espirituales a un
grupo de auténticos católicos que, desde hace más de 25 años han estado
careciendo de ellos, pues, habiéndose dado cuenta que desde el Concilio
Vaticano II se presentaba al mundo una nueva religión, o sea una NUEVA IGLESIA
que se apartaba totalmente de la verdadera, a causa de cambios y reformas que
le hicieron, ellos optaron por quedarse fieles a la Iglesia que Cristo
instituyó apartándose decididamente de las prácticas y doctrinas que ya no
están de acuerdo con la enseñanzas de siempre.
Deseos ardientes
tenía de ir a Chile para patentizar a Vuestra Excelencia mi admiración por su
gallardía y firmeza con que ha venido rechazando las más feroces y satánicas
embestidas del más terrible enemigo del género humano, el COMUNISMO.
Desconcertante, en cambio, ha sido la actitud de la jerarquía eclesiástica, que
se ha puesto al lado del marxismo y brindó todo su apoyo para que en Chile
ocupara la presidencia un comunista; y más desconcertante todaviá que fuera un
"Papa" (Paulo VI), que por medio del cardenal Silva Henriquez
presentase al comunista Allende su mensaje de felicitación y que enviase un
delegado especial, al Nuncio Apostólico de Santo Domingo, Mons. Antonio de
Guidice, para que en representación suya asistiese al solemnísimo TE DEUM de
acción de gracias por su exaltación. Ante estas actitudes uno se pregunta: ¿Qué
es lo que pasa en la IGLESIA? Es posible que la IGLESIA CATOLICA esté aprobando
ahora lo que antes condenó como INTRINSICAMENTE PERVERSO? Es católica esa
iglesia que se ha abierto a todas las herejías? Le evidencia de los hechos,
Excelentísimo Señor Presidente, nos está demostrando que esa iglesia no es la
IGLESIA que Cristo instituyó, la que es inmutable como inmutable es su Divino
Fundador? pues Cristo no dejo a Pedro ni a sus legiíimos sucesores potestad
para que le cambiaran su iglesia.
Hasta la muerte
del Papa Pío XII, la IGLESIA, asistida por Cristo y por el Espíritu Santo,
estuvo realizando can absoluta fidelidad la misión divina que le fue confiada;
los 263 legítimos Papas, desde San Pedro a Pío XII, conservaron incolume el
DEPOSITO SAGRADO DE LA FE, se irguieron contra las herejías y con todo su póder
las condenaron.
Juan XXIII y
Paulo VI, por lo mismo que reformaron lo que de suyo es irreformable por ser de
institución divina, demostraron su ilegitimidad: nunca fueron legítimos Papas,
ni lo fue Juan Pablo I ni tampoco lo es Juan Pablo II que está consolidando la
obra destructora de sus tres predecesores. Desde que murió Pío XII la Santa
Sede está vacante, no tenemos Papa y la IGLESIA CATOLICA no está ahora en las
multitudes que han claudicado, sino en los pequeños grupos que se mantienen
fieles a nuestras sagradas tradiciones.
Vuestra
Excelencia arrancó a Chile de las pestilentes fauces del MARXISMO y hoy, que
todas las fuerzas satánicas internacionales se han conjurado contra vuestro
gobierno y quieren la destrucción de Chile, con la ayuda de Dios, que
humildemente imploramos, lo salvareis de nuevo. David venció al gigante Goliat
y Vos vencereis a ese Goliat hecho de todos los canallas y perversos que
quieren el dominio mundial de todas las naciones para esclavizarlas... Pero
tened presente que esa iglesia que os ataca y que está contra vuestro gobierno,
no es la IGLESIA CATOLICA y siendo herejes todos sus representantes, inválidas
son sus amenazas y excomuniones.
Ruego a V. E.
hacer extensivos estos conceptos al Excelentísimo General Stroesner, gran amigo
y compañero en ideales de lucha contra el comunismo y a quien hasta estos
momentos no he tenido el honor de entrevistar.
Con ésta va una
copia de la Declaración que hice en Sta. Cruz de la Sierra y que algunos
periódicos publicaron y un libro del muy insigne defensor de la Fe Católica
Enrique Salinas, titulado "MEJICO".
Me sentiré muy
honrado si me escribe, lo que creo pueda hacer por el consulado de Bolivia o de
Uruguay; no sea que yegando a Méjico una carta procedente de Chile, pueda
ser interceptada por agentes del
marxismo.
Mi dirección es:
Mons. Moises Carmona Rivera
Iglesia de la Div. Prov.
José Arévalo s/n.
Acapulco Gro, - Méjico.