Croacia cuenta con numerosos tesoros naturales e históricos, uno de ellos es el islote Baljenac (Bavljenac), también conocido como: "La isla de la huella dactilar".
El aspecto de la isla proviene de la estructura de paredes secas de piedra de la isla, llamadas suhozid en croata. La longitud de los muros de piedra seca es simplemente asombrosa: hay más de 23 kilómetros de muros de piedra seca en esta pequeña área de sólo 0,14 km2. Las paredes se colocan en la tierra con movimientos circulares y ondulados, por lo que parecen crestas en el dedo humano. Combinados con la forma circular del territorio, los senderos de muros de piedra le dan a la isla su aspecto único, que se asemeja inequívocamente a una huella digital humana cuando se ve desde arriba.
La ubicación de la isla de la huella dactilar,se encuentra frente a la costa de Šibenik, la ciudad más antigua fundada por los croatas en el Adriático. Baljenac está justo al lado de la isla Kaprije de Šibenik, y los habitantes de Kaprije utilizaban la isla de las huellas dactilares como una especie de zona agrícola. Quitaron la dura vegetación de Baljenac y construyeron muros de piedra con sus propias manos, todo para tener viñedos y arboledas donde poder plantar higos y otras frutas. Su arduo trabajo dio sus frutos, ya que las estructuras de piedra seca permanecen intactas hasta el día de hoy, como en muchos otros lugares de la costa de Croacia, como en las montañas de Velebit y la isla de Pag.
Hoy en día, los muros de piedra seca construidos a mano están protegidos por la UNESCO y sirven como recordatorio de los tiempos en que la gente tenía que usar su fuerza física y su espíritu resiliente para encontrar formas de cultivar. Fue exactamente ese trabajo duro y tenacidad lo que les permitió sobrevivir en el duro pero hermoso paisaje kárstico de la costa del Adriático.