En la película Cristiada, se muestra al padrino de San José Sánchez del Río, llamado Rafael Picazo, como una persona sensible, que quiso liberarlo del martirio, pero esto no es del todo cierto.
Sin embargo se sabe que él mismo le mandó a martirizar, después de que el santo matará a todos sus gallos de pelea que tenía viviendo en el templo, donde lo tenia preso, (además que de un golpe le tiro los dientes).
Incluso su familia ofreció pagar un rescate por el niño, a lo que Rafael Picazo, respondió que: "hasta en las barbas de su padre, le mandaría a matar."
Como dato curioso, su padrino no asistió al martirio, pero dio instrucciones a sus hombres, para que lo llevarán a cabo.