El avance de la izquierda en Latinoamérica es un hecho, ha conquistado el poder ya no por la violencia como en Cuba, sino que a través de las urnas, como lo estableció el Foro de Sao Paulo en 1990 liderado por Fidel Castro.
El primer país que sucumbió ante la ola de izquierda fue
Venezuela, un país rico petrolero con serios problemas de corrupción que fueron
aprovechados por Hugo Chávez para consumar una victoria electoral aplastante.
La realidad es que todos los países que han caído bajo las
garras de la izquierda, hoy están sumergidos en la pobreza, en guerra o dominados
por el crimen organizado como Bolivia, Ecuador, Venezuela y no se diga Colombia
con Gustavo Petro.
Por ello la importancia del surgimiento de una corriente que
haga frente a esos abusos y excesos, mostrando una contraparte que ha dado
resultados para los países que gobiernan: Brasil con Jair Bolsonaro aumentó el
Producto Interno Bruto para sacar al país de la crisis y Nayib Bukele ha
convertido a El Salvador en un país seguro, algo que hace 10 años era
impensable.
En México ha surgido este movimiento contra izquierda por
medio del actor y productor de cine Eduardo Verastegui, quien formalizó su intención de ser candidato a la
Presidencia de México. No faltó quien se riera. Es un error.
Sus redes sociales incluyen fotografías (y publicaciones
entusiastas) con figuras como Boris Johnson, Jair Bolsonaro y Santiago Abascal,
líder del partido de derecha española, Vox. También aparece ahí Jack Posobiec,
figura mediática vinculado al movimiento nacionalista blanco estadounidense.
Verástegui comparte fotografías con el presidente
salvadoreño Nayib Bukele, Jordan Bardella, líder de la derecha francesa y José
Antonio Kast, excandidato conservador chileno, además de varios representantes
de la derecha húngara, incluido Viktor Orban.
En México la política ha sido dominada por la izquierda
radical representada por el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) pero también
por la izquierda moderada como el PRI, PAN, PRD, MOVIMIENTO CIUDADANO, PANAL,
VERDE ECOLOGISTA, etc.
Es decir, todas las opciones disponibles en la política
mexicana tienen que ver con la izquierda: todas ellas han sumergido al país en la
pobreza lucrando con el dolor de los más necesitados, además de endeudar de
manera exponencial al país con los organismos internacionales.
Ahora la Derecha tiene nuevos rostros, sangre joven que ha decidido participar en los procesos electorales con una visión clara del futuro cimentado en la libertad y el respeto a la dignidad humana.