La Tauromaquia es el arte de lidiar con los toros, una actividad acentuada en la España y registrada desde el siglo XI, es la competencia de un hombre para dominar a una bestia de gran tamaño; una tradición que ha sido pilar para fortalecer la identidad de un pueblo.
Sin embargo, el fantasma del animalismo ha influido de
cierta manera para disminuir la pasión por esta actividad aunado a la elevación
de los costos para la organización de los eventos taurinos. La tauromaquia está
ligada a la identidad nacional de México por la herencia cultural de España.
De acuerdo al cronista de la Ciudad de Celaya Guanajuato
Fernando Amate Zúñiga, el general Ignacio María José de Allende y Unzaga, brazo
armado del cura Miguel Hidalgo, fue un excelente lanceador con su caballo,
esto, en los orígenes de la Fiesta Brava en la Nueva España.
El cronista Fernando Amate, narra para la Palabra una
breve historia de la Fiesta Brava en la Nueva España, específicamente en lo que
hoy se conoce como el Bajío, comunidades como San Miguel de Allende, Dolores
Hidalgo y Celaya.
Amate Zúñiga también narra la forma en que las Fiestas Bravas servían como amalgama social; así como la descripción de los principales lugares en donde se desarrollaron las actividades taurinas.
Plazas de toros que funcionaron en el pasado pero que en
la actualidad se ocupan para fines distintos para lo que fueron creadas, aunado
a diferentes factores sociales y económicos.
Así mismo, refiere diferentes personajes que han
sobresalido en la Tauromaquia en México así como de Celaya Guanajuato en sus
participaciones locales, nacionales e internacionales.
El Fantasma del animalismo
A nivel global, se ha fraguado un movimiento de un grupo
de personas contra el maltrato animal en sus diferentes formas, la fiesta taurina
ha sido de la más atacada por estos grupos.
Un activismo que con la excusa de la defensa de los
animales se ha trasformado en un pretexto político para modificar la cultura y
con ello beneficiar a la agenda política global.
La agenda moderna avanza de manera vertiginosa con la
intensión de modificar a la sociedad respecto a nuevos paradigmas así como
romper estereotipos conocidos hasta el momento.
La nueva sociedad tiene desprecio por los seres humanos y
más interés por los seres vivos respecto a su dignidad. Tal es el caso que los
grupos animalistas gritan para denunciar maltrato animal pero guardan silencio cómplice
por el asesinato de seres humanos a causa de los abortos.
La crueldad humana no tiene límites, y hoy se ha
refugiado en la protección de lo frívolo para ignorar lo que en realidad es
importante como lo es el respeto a la vida y dignidad humanas.
La Fiesta Brava ha sobrevivido pese a los ataques de la
modernidad, porque está muy presente en la cultura española y en consecuencia
en los pueblos con ascendencia ibérica.
Grupos que se mantienen fieles a la tradición conservan esta tradición, porque en
ella encuentran la identidad que ha sido forjada por generaciones con un solo origen
y un mismo destino.