Ricardo Alemán/La Otra Opinión.-
Metidos en la vorágine cotidiana de horas y horas de
propaganda gratuita —que todos los medios le regalan al presidente en sus
mañaneras—, pocos han analizado la destrucción que en sólo cien días ha
provocado el gobierno de López Obrador.
Incluso, estudiosos del Estado consideran que el presidente
mexicano pasará a la historia como “el campeón de la destrucción democrática”,
no sólo de algunas de las instituciones clave, sino de la confianza en la
democracia y, sobre todo, en la figura presidencial.
Por eso, ya es motivo de quinielas una pregunta inquietante
para propios y extraños: ¿Hasta dónde llegará el bono de popularidad del
presidente y hasta cuándo abrirán los ojos muchos ciudadanos que reniegan de la
terca realidad y que se niegan a ver al “campeón de la destrucción
democrática”?
¿Qué destruyó el presidente Obrador en casi cien días de
gobierno?
1.- Destruyó la división de poderes. Hoy, el Congreso es un
vulgar aplaudidor del presidente luego que Morena sale de compras y consigue la
claudicación de tantos legisladores como reclama una mayoría obediente a los
deseos del presidente. Y si el Congreso es de aplaudidores, la Corte está sometida.
El Máximo Tribunal dejó de ser un poder independiente.
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centro del país
2.- Destruyó los contrapesos institucionales, como el
Tribunal Electoral, a cuya ex presidenta obligó a renunciar para manipular a
modo los procesos electorales, al tiempo que el Tribunal busca el regreso
ilegal de los “partidos paraestatales”, como el PES.
3.- Destruyó instituciones como la Comisión Reguladora de
Energía, entre otras, que gracias al Senado serán meros paleros presidenciales.
4.- Destruyó Pemex, que hoy es chatarra entre petrolero y
financiero, gracias a que colocó a un amigo como director, quien demolió la
petrolera.
5.- Destruyó al Fondo de Cultura Económica, entregado a un
extranjero fanático de la violencia a quien debieron hacer un traje legal a la
medida.
6.- Destruyó Sectur —motor del desarrollo y la creación de
empleos—, porque según el presidente, el turismo no es para ricos, sino para
pobres.
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7.- Destruyó el Conacyt porque la ignorancia presidencial se
mudó a una suerte de repudio a la
ciencia y al conocimiento.
8.- Destruyó la Conade, y la entregó a una ambiciosa sin
límite y sin la menor preparación y a quien debieron hacer otro traje legal a
la medida.
9.- Destruyó el Seguro Popular, porque el presidente odia a
Felipe Calderón y todo lo que haya hecho su gobierno, a pesar del alto costo
social.
10.- Destruyó las estancias infantiles porque el presidente
odia a las mujeres que trabajan y que dejan a sus hijos en guarderías. Quiere a
las mujeres en casa.
11.- Destruyó los refugios para mujeres porque el misógino
presidente no cree que las mujeres deban escapar del control de sus violentos
esposos.
12.- Destruyó comedores comunitarios que atendían a pobres
extremos, porque prefiere que los “pobres de los pobres” coman de la basura.
13.- Destruyó las expectativa de crecimiento económico a
causa de decisiones económicas torpes que hicieron caer las expectativas de
crecimiento económico.
14.- Destruyó la creación de empleos y, en sólo cien días,
se perdieron más de 600 mil empleos.
15.- Destruyó el futuro de jóvenes creadores; cineastas,
guionistas, escritores, fotógrafos y artistas al cancelar los estímulos al cine
y la cultura.
16.- Destruyó la reforma educativa y la calidad de la
educación, para congraciarse con la mafia de la CNTE.
17.- Destruyó la reforma energética y, con ello, catalizó la
pérdida de empleos bien pagados.
18.- Destruyó el avión presidencial, hoy convertido en
chatarra a un costo que multiplica el gasto en traslados del jefe del
Ejecutivo.
19.- Destruyó más de 132 vidas y sus familias, por un error
en la compra de gasolina al extranjero, que luego enmascaró con la mentira del
la crisis del “huachicol”.
20.- Destruyó la confianza de inversionistas extranjeros que
huyeron de México junto con capitales que buscan certeza jurídica. En CDMX, se
canceló la construcción de siete obras inmobiliarias de primer mundo.
21.- Y la cereza del pastel es la destrucción del NAIM, la
obra de infraestructura más importante de la historia del país y que fue
derribada por un berrinche presidencial.
¿Cuál fue el berrinche?
Que el presidente Obrador no tolera que nadie brille más que
él. El NAIM es una obra cuya paternidad pertenece al ex presidente Peña Nieto.
Pero se equivocan quienes dicen que el presidente Obrador no
ha construido nada.
¡Falso, Obrador construyó el nuevo Fobaproa, mayor al de
Salinas y Zedillo y que nos endeudará a todos por mas de 30 años!
¿En cuántos años despertará México?
Al tiempo.