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La piñata del neoliberalismo

marzo 20, 2019

Enrique Campos Suárez/ El Economista



¿Qué puede haber más neoliberal que emitir una convocatoria restringida entre empresas privadas para construir una refinería?

Nada. La diferencia es que si la hace el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, es impoluta, por el bien del país, sin sospechas, necesaria y honesta.

Si cualquiera de los gobiernos anteriores se hubiera atrevido a convocar una licitación dirigida, cerrada, para construir un proyecto reprobado por los expertos, tan cuestionado y tan innecesario, sería... neoliberal.

La forma de gobernar del régimen actual necesita vivir en el blanco y negro. Requiere de crear enemigos fácilmente inidentificables por esa clientela política que puede no tener los recursos ni se tomará el tiempo de analizar las diferencias.

Neoliberalismo es justamente que en el día de conmemoración de la expropiación petrolera, en un acto altamente comunista, el presidente López Obrador refrende su respeto a los contratos con empresas petroleras particulares, nacionales y extranjeras, para que sean ellas las que rescaten la industria petrolera mexicana.

Haber hecho lo contrario y emular al Tata Cárdenas, echando para atrás la reforma energética, habría sido un acto suicida y el presidente lo sabe.

Entonces, fiel a la definición de neoliberalismo, López Obrador entiende que los mercados son los agentes más apropiados para hacer eficientes los recursos, sin la injerencia del gobierno en las actividades productivas. Vamos bien.

Pero unas cuantas horas antes del refrendo a la política neoliberal de López Obrador, el propio presidente presentó el acta de defunción de ese monstruo creado y alimentado desde la oposición al que llaman neoliberalismo.

Sacó al patio de la opinión pública una piñata, así como aquellos muñecos de cartón y engrudo que hay de Donald Trump, a la que denominó neoliberalismo y dio la orden de destrozarla con el palo del desprecio del pueblo bueno.

Vale la pena en estos tiempos maniqueos dejar a las fuerzas del mercado seguir con su labor, como en el sector petrolero, mientras desde el poder presidencial aniquilan la piñata del neoliberalismo.

Es un ejercicio catártico descrito en los libros de propaganda que sustentan el movimiento que ahora gobierna. Apalear imaginariamente al enemigo creado y sostenido por ellos durante décadas es la manera de marcar un cambio.

Los 11 lineamientos que sustituyen, según el presidente, al neoliberalismo son de libro de texto: frases cortas, incontrovertibles y cargadas de moralidad. Pero está muy bien. Es la identidad política del régimen

La economía de mercado no parece correr peligro, por ahora. Hay el compromiso de respetar contratos, por supuesto de respetar la propiedad privada y de mantener la estabilidad macroeconómica.

Los que corren peligro, con esa piñatización del neoliberalismo, con los palos que dará el pueblo bueno a la figura maniquea del judas de cartón de Semana Santa, son las empresas, los empresarios, los financieros y los mercados.

Hay ya enemigos creados para poder responsabilizar en caso de que las cosas no salgan como se prometieron. Ya hay pues responsables de algo que aún no ocurre.

El final del neoliberalismo dictado por López Obrador refrenda enemigos necesarios. Los neoliberales son como los fifís, son las figuras antagónicas de la máxima autoridad del pueblo bueno.

Y cualquier mal resultado en el camino puede llevar fácilmente a descolgar del mecate de la plaza pública la piñata del neoliberalismo para colgar en su lugar a los neoliberales.


Cómo mueren las democracias

marzo 09, 2019

Rubén Cortés/ Canela Fina

Con Liébano Sáenz, el cartero siempre llama dos veces: es de las pocas personas que todavía se comunican con sus amigos por correo postal: su más reciente envío es “Cómo mueren las democracias”, un libro de la editorial Ariel, 2018, que anuncia en su cuarta de forros:

Muestra cómo las democracias se han derrumbado mayoritariamente no con golpes violentos, sino a través de un deslizamiento gradual hacia el autoritarismo. Revela la fragilidad incluso de las mejores democracias y advierte a los políticos que creen que pueden cooperar con los autócratas sin quemarse.

“Cómo mueren las democracias” no trata sobre la realidad política del México actual, aunque lo parezca por las reseñas de su contraportada. Sus autores, Steven Levitsky y Daniel Ziblatt, lo escribieron para analizar si la democracia de Estados Unidos está en peligro después del triunfo de Trump.

Una de sus tesis señala que, a diferencia de las caídas democráticas mediante la coacción y el poder militar, ahora existen otras maneras de hacer quebrar una democracia: de un modo menos dramático, pero igual de destructivo.

Y es a manos de presidentes electos que subvierten el proceso democrático mismo que los condujo al poder. “Algunos de esos dirigentes desmantelan la democracia a toda prisa”, escriben, sin poder sustraerse a mencionar la manera en la que Hugo Chávez implantó una dictadura en Venezuela:

Chávez clamó contra lo que describía como una élite gobernante corrupta y prometió construir una democracia más ‘auténtica’ que aprovechara la inmensa riqueza petrolera del país para mejorar la vida de los pobres, empatizando hábilmente con la ira de los venezolanos de a pie, muchos de los cuales se sentían ignorados o maltratados por los partidos políticos establecidos.

La conversión de Venezuela en una dictadura a partir de un triunfo en elecciones libres y limpias en 1998, ocupa bastante a Levitsky y Ziblatt para versar su libro acerca de si la democracia estadounidense peligra con Trump. Porque su explicación sobre el caso venezolano es exhaustiva.

Recuerdan cómo Chávez ocupó el Tribunal Supremo con letrados afines y clausuró el canal de TV más importante del país, arrestó o exilió a políticos de la oposición, a jueces y a figuras mediáticas bajo cargos dudosos y eliminó los términos del mandato presidencial para poder reelegirse de por vida:

Hubo que esperar casi dos décadas después de que Chávez ascendiera por primera vez a la presidencia, para que Venezuela pasara a reconocerse ampliamente como una autocracia. Así es como mueren las democracias hoy en día. Las dictaduras flagrantes, en forma de fascismo, comunismo y gobierno militar, prácticamente han desaparecido del panorama.

Su gran enseñanza es que, hoy, los derrumbes de la democracia no los provocan generales y soldados con sus tanques…

Sino los propios gobiernos electos.

De Guerrilla Marxista a Populismo

marzo 09, 2019

Entrevista que le hicimos a Gloria Alvarez devela el origen del Populismo en los grupos guerrilleros de corte Marxista en Latinoamérica para obtener el poder vía elecciones.


¿Capitalismo o Socialismo?

marzo 09, 2019

Debate que se llevó a cabo en Polanco, en "Otro Lugar de la Mancha", el día 24 de Agosto del 2018.

PNB se repliega tras avance de ciudadanos

marzo 09, 2019


Funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) se replegaron en la avenida Victoria luego de que ciudadanos lograran avanzar en el sector. Sin embargo, los efectivos policiales mantienen un cerco a los manifestantes.  

Las personas se mantienen en el sitio a pesar de las amenazas de los cuerpos policiales. El equipo antimotín de la PNB empujó a los ciudadanos que manifestaban pacíficamente.

A pesar de la fuerte presencia policial en el lugar y de la represión, los manifestantes se mantienen en las inmediaciones de la avenida Victoria.

En la madrugada de este sábado Funcionarios de Policaracas ordenaron desmontar la tarima en el punto de concentración de la avenida Victoria. Además, fueron detenidos y trasladados a El Helicoide los chóferes Freddy Quintero, Juan García y Ángel Bastidas, quienes conducían los camiones con el material para el montaje.



Expropiación, la amenaza

marzo 08, 2019

Beatriz Pagés/Siempre 

El legislador, aunque ya retiró la iniciativa, sin decirlo evocó la palabra maldita.

El senador del grupo parlamentario de Morena Salomón Jara dijo que propondría reformar el artículo 340 de la Ley del Mercado de Valores, con el fin de revocar el permiso de operación a las calificadoras que atenten deliberadamente contra la estabilidad financiera, presionen o chantajeen al gobierno de la 4T con calificaciones negativas.

Jara recordó así la figura predilecta de los gobiernos totalitarios: la expropiación.

Evidentemente, el senador no hizo más que poner en papel lo que Andrés Manuel López Obrador tiene pensado hacer con todas aquellas empresas, bancos u organismos financieros que desacrediten las medidas adoptadas por su gobierno.



Así como hoy está en la mira Standard & Poor´s por haber bajado la calificación de estable a negativa a Pemex, mañana los enemigos a vencer pueden ser los bancos por no acatar la reforma al sistema financiero que, por cierto, ya está en puerta, o las constructoras y cementeras al ser acusadas de especular con la vivienda social.

La iniciativa del senador Jara, independientemente de que su grupo la haya echado para atrás, es un adelanto, un anuncio de lo que puede llegar a hacer el gobierno lopezobradorista en caso de que las finanzas públicas sigan deteriorándose.

Cuando la economía no crezca al 4 por ciento como lo ha ofrecido —y en lo que ha comprometido públicamente al sector empresarial—, culpará, como ya es su costumbre, a otros.

Así como Hugo Chávez acusó al sector productivo de Venezuela de ser un obstáculo para su proyecto socialista, López Obrador va a responsabilizar de la crisis a la iniciativa privada, a esa “minoría rapaz”, de impedir la cuarta transformación.

¿Qué hizo Chávez? En diez años expropió mil 200 empresas. Intervino lo mismo el sector de la construcción que el agroindustrial, petrolero, eléctrico; firmas relacionadas con telecomunicaciones, supermercados, textileras, laboratorios farmacéuticos, etcétera.

Los argumentos que utilizó Chávez para castigar las empresas son similares a los que se escuchan en “las mañaneras” y en los eventos donde abuchean a los gobernadores: se trata de “acabar con la corrupción, el abuso y la explotación”, “de garantizar la soberanía y seguridad del país”, argumentos similares con los que se justificó en México el cierre de ductos.

Palabras a las que recurrió también el líder de la llamada Revolución Bolivariana cuando expropió una importante empresa de lácteos llamada Los Andes en 2008 y anunció la nacionalización de la industria cementera, la que incluyó, por cierto, la expropiación de Cemex. “Se trata —dijo Chávez— de garantizar la industria alimentaria y la construcción social en el país”.

Cabe destacar que el gobierno socialista de Venezuela comenzó al igual que el gobierno de López Obrador con problemas para administrar la economía. “Chávez cerró su primer año de gobierno en 1999 con una caída de 6 por ciento en el PIB”.

De igual forma, diferentes indicadores prevén que ciertas decisiones tomadas por la 4T, como la cancelación del aeropuerto de Texcoco, el desabasto de gasolina y el plan fallido para rescatar Pemex —como lo hicieron ver Fitch, JP Morgan, Citi y BBVA—, sumadas a la incertidumbre mundial, reducirá los pronósticos de crecimiento.

El único que se ha atrevido a pronunciar con todas sus letras la palabra “expropiación” es el escritor Paco Ignacio Taibo II . Lo hizo en aquella conferencia celebrada en abril de 2018, donde le pide al entonces candidato a la presidencia López Obrador “expropiar aquellas empresas que lo quieran chantajear”.

En esa ocasión regañaron a Taibo. Se ausentó de las pantallas y los micrófonos durante el resto de la campaña para no dar entrevistas. El pecado del hoy director del Fondo de Cultura no radicó en haber dicho una mentira, sino en salir políticamente a destiempo.

Sus dichos pudieron haber tirado las máscaras a un proyecto claramente autoritario y espantado a los electores.

Sin embargo, tal parece que al senador Jara ya le habían dado la orden de ventilar ciertas medidas para comenzar a tener el control absoluto de la economía y de los empresarios. Ya se arrepintieron, pero en cualquier momento pueden volver a intentarlo.

En la exposición de motivos para reformar el Artículo 340 de la Ley de Mercado de Valores y regular a calificadoras tipo Standard & Poor´s, ya aparece la palabra “chantaje” como una de las razones suficientes para echarlas del país e impedir que vengan a desestabilizar con argumentos y sugerencias mal vistas por el gobierno.

¿Quiénes son esos otros que van a comenzar a ser señalados como enemigos del régimen? ¿Los bancos, para que dejen de especular?; ¿los medios de comunicación, para que dejen de mentir?; ¿se impondrá un control de cambios para impedir la fuga de divisas?; ¿se decidirá caprichosamente la emisión de moneda para financiar, a falta de recursos, el gasto público?

Cada día —y ya van cien— se ven con más claridad las fauces de un régimen totalitario.

El perfecto dictador

marzo 07, 2019

Hannia Novell/Bitácora de guerra

Es populista, autoritario, demagogo. El perfecto dictador.

Fue elegido para hacer historia. Yo soy el bien, la esperanza, asegura. Fascinado consigo mismo como un Mesías, promete encabezar la búsqueda de la felicidad perdida.

Se hace llamar el “Presidente del Pueblo”, alejado de los grupos de poder económico y de la élite de la alta sociedad. “Primero los pobres”, dice.  Por eso es que los programas sociales son un legado, no es clientelismo.  No se trata de comprar el voto, sino de aliviar las necesidades de los más pobres, los olvidados.

Utiliza las emociones de la gente, su estado de ánimo, su hartazgo y desesperación. No tiene adversarios; para él son enemigos y el respetable le aplaude. Una crítica, un descuerdo, una exigencia es razón suficiente para exhibir, para cuestionar el pasado y para poner en tela de juicio la honorabilidad de mujeres, hombres e instituciones. La relación con sus rivales es obtusa, una pugna constante, terca. El conflicto es una razón de ser, de gobernar.

Reformista incansable. Es indispensable destruir lo que hicieron otros, pues nada sirve. Es la hora de la revolución, de la transformación. Unas veces es necesario derruir las críticas de los medios de comunicación; luego hay que eliminar los candados de organizaciones sociales que sirven a intereses ocultos; después hay que romper las redes del imperialismo que, a través de las calificadoras financieras, insisten en marcar escenarios desastrosos para la economía nacional.

Establece controles en los precios del mercado y multiplica los programas asistencialistas, aunque ello implique el aumento desmedido de la deuda.  Es populismo puro, pero él insiste en que se trata de pagar la deuda social que la burocracia dorada adquirió durante décadas, con el pueblo.

Concentrador del poder en una sola persona. El proyecto de Nación exige un liderazgo único, por lo que resulta innecesario el sistema de pesos y contrapesos institucionales. A la oposición hay que corromperla o deslegitimarla, para anular los obstáculos.

La militarización es el camino más corto para mantener el orden.  Los miembros del Ejército conocen y viven la disciplina.  Saben quién es el jefe supremo, sólo a él le deben lealtad. Por esa obediencia es que merecen estar al frente de la Guardia Nacional y controlar los aeropuertos.

Nicolás Maduro, el perfecto dictador.  Es presidente de Venezuela desde 2013. En plena campaña dijo que Hugo Chávez, quien meses antes murió víctima del cáncer, se le apareció en forma de un pajarito chiquitico y lo bendijo para conducir el destino de su pueblo.

En 2017, por órdenes de Maduro, el Tribunal Supremo venezolano retiró los poderes a la Asamblea Nacional y asumió las competencias del Poder Legislativo, lo que fue considerado como un golpe de Estado.

Los excesos de una política clientelar y asistencialista han provocado una situación económica desastrosa: con una hiperinflación de 14 mil por ciento, la producción y exportación petrolera colapsada, escasez de alimentos y medicinas y un desempleo de casi 38 por ciento.

Detención y encarcelamientos de periodistas, lo cual ha sido considerado como una muestra de la censura y represión que se vive en Venezuela, tras días de turbulencia política.

El gobierno de Estados Unidos busca crear una coalición internacional para la transferencia pacífica del poder de Nicolás Maduro a Juan Guaidó, el líder opositor venezolano. Mientras Rusia advierte que evitará a toda costa la intervención militar norteamericana. Maduro es el perfecto dictador. Cualquier semejanza con la realidad de otro país, es mera coincidencia.

Tiranía Chavista y liberación de Venezuela

marzo 04, 2019


El actuar desesperado y errático de la tiranía chavista podría desencadenar muy pronto una acción militar internacional por la liberación de Venezuela

El EZLN y el presidente

marzo 03, 2019

Rubén Aguilar/ El Economista| 

Las relaciones entre el presidente López Obrador y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) no son buenas. No lo han sido desde hace años. El pasado 11 de febrero, el EZLN dio a conocer la “Carta de las mujeres zapatistas a las mujeres que luchan en todo el mundo”.

En ella anuncian que no se va a poder celebrar el II Encuentro Internacional de Mujeres que Luchan, que estaba programado para marzo del 2019. Y después de eso la carta hace una crítica muy fuerte a algunos de los proyectos “estrella” del actual gobierno.

De López Obrador dicen que “resulta que los nuevos malos gobiernos ya lo dijeron claro que van a hacer sus megaproyectos de los grandes capitalistas”. Y enumeran el Tren Maya, el proyecto para el Istmo de Tehuantepec, la siembra de árboles para mercancía de maderas y frutas y su plan agrario.

En versión del EZLN, “esos proyectos pues son de destrucción. No importa cuánto lo quieran tapar con sus mentiras (...) La verdad es que van por todo en contra de los pueblos originarios, de sus comunidades, de sus tierras, de sus montañas, de sus ríos, de sus animales, de sus plantas y hasta de sus piedras”.

Esos proyectos conllevan la “idea de destruirnos como pueblos originarios, de la manera de convertir nuestras tierras en mercancías, que así quieren completar lo que dejó pendiente Carlos Salinas de Gortari, que no pudo porque lo paramos con nuestro alzamiento”.

De acuerdo con el EZLN, los proyectos que impulsa el presidente “quieren que nuestras tierras ya no sean para nosotras, nosotros, sino que para que los turistas se vengan a pasear (...) Quieren que nuestras tierras se conviertan en fincas productoras de maderas preciosas, de frutas y de agua (...) Quieren que nos convirtamos en sus peonas, en sus sirvientas, que vendamos nuestra dignidad por unas monedas al mes”.

El EZLN dice que el actual gobierno y sus socios capitalistas “no pueden entender que nosotras queremos la libertad, no entienden que lo poco que hemos logrado es luchando sin que nadie nos lleve la cuenta, sin fotos, sin entrevistas, sin libros, sin consultas, sin encuestas, sin votaciones, sin museos y sin mentiras”.

Y añaden: “No entienden que lo que ellos llaman ‘progreso’ es una mentira, que ni siquiera pueden cuidar la seguridad de las mujeres, que siguen siendo golpeadas, violadas y asesinadas en sus mundos progresistas o reaccionarios”.


El EZLN, a través de sus mujeres, advierte que “nosotras vamos a luchar con todo y con todas nuestras fuerzas en contra de esos megaproyectos. Si conquistan estas tierras, será sobre la sangre de nosotras las zapatistas. Así lo hemos pensado y así lo vamos a hacer”.

Agregan que “lo que nosotras queremos es la libertad que nadie nos regaló, sino que la conquistamos luchando incluso con nuestra sangre. ¿Tú lo crees que cuando vengan las fuerzas de los nuevos malos gobiernos, sus paramilitares, sus guardias nacionales, los vamos a recibir con honores, con agradecimiento, con alegría? (...) Les vamos a recibir luchando y a ver si así aprenden lo que son las mujeres zapatistas, que no se venden, no se rinden y no claudican”.

Los zapatistas consideran al presidente como un político más del sistema y lo ven como un aliado de los capitalistas y las transnacionales. Ya lo califican como un mal gobierno. Lo ven como un destructor de la naturaleza y como alguien que quiere destruir los pueblos originarios. Desde esa visión los zapatistas van a hacer su lucha contra el actual gobierno.

Amenazas Chavistas

marzo 02, 2019


El actuar desesperado y errático de la tiranía chavista podría desencadenar muy pronto una acción militar internacional por la liberación de Venezuela

Se extraña al ternurita de AMLO

marzo 01, 2019


Se extraña al ternurita de AMLO

Samir no se arrodilló y lo mataron

marzo 01, 2019

Beatríz Pagés/ Siempre|

Samir Flores, el líder indígena de Morelos, cabeza del movimiento campesino que se opone al funcionamiento de la termoeléctrica Huexca se atrevió a ser contrapeso de la decisión presidencial y lo ejecutaron.

Esa es la percepción que tiene la comunidad de Amilcingo sobre las causas de su muerte. Los habitantes de ese pequeño pueblo, de apenas 3 mil habitantes —y del que era originario un hombre que se había convertido en bandera de los derechos indígenas—, tienen miedo. No salen de sus casas por temor a correr la misma suerte que Samir.

Ese clima de miedo, violencia, radicalización y venganza que priva en los municipios de los alrededores es lo que dejó la arenga presidencial del pasado 20 de febrero en Morelos, cuando acusó a hombres y mujeres de habla náhuatl, piel curtida por el sol y pies rajados por la tierra de ser mercenarios trasnacionales.



Para enterrarlos y expulsarlos políticamente del paraíso “amliano” utilizó el peyorativo de marras: “Son unos conservadores”.

La muerte de Samir Flores es importante por muchas razones. Entre otras, porque en un contexto de intolerancia y violación sistemática del Estado de derecho su asesinato se convierte en un símbolo de lo que está sucediendo en el ámbito nacional.

Del 1 de diciembre a la fecha ya hay muchas víctimas de quienes se han atrevido a hacer uso de su derecho de réplica.

El derecho de réplica, léase contrapeso, léase democracia o libertad de expresión, es una de las garantías constitucionales a las que recurre el presidente Andrés Manuel López Obrador con frecuencia para responder a sus críticos. Sin embargo, solamente él puede usarlo sin sufrir consecuencias.

El resto de los mexicanos estamos hoy expuestos a ser víctimas de la furia presidencial si nos atrevemos a disentir. Ese fue el caso de Samir Flores, como lo fue también, en menor medida, el del grupo “Yo sí quiero contrapesos”, de reciente creación , a cuyos integrantes llamó despectivamente “ternuritas”.

Desde esa óptica, también son “ternuritas” y “hacen el ridículo” —por fungir como equilibrio de poderes— los ministros de la Corte, los medios de comunicación y los órganos autónomos.

Samir puede llegar a convertirse en el nuevo Zapata. Su asesinato ha provocado que diferentes organizaciones indígenas del país comiencen a organizarse para protestar contra las decisiones autoritarias, por no decir totalitarias, de un gobierno que los utilizó para llegar al poder y que hoy los traiciona.

Samir Flores no murió solo. Junto con él fue ejecutada parte de la democracia. Se liquidaron libertades y derechos plasmados en la Constitución.

Un jurista podría hablar con más conocimiento de ello, pero se advierte que las balas que penetraron el cuerpo de ese luchador social perforaron también diversos tratados en materia de derechos humanos.

¿A qué se atrevió ese luchador social? A decir que la consulta convocada por el presidente para echar a andar la termoeléctrica era ilegal y amañada. Se atrevió a organizar a los campesinos para impedir que el agua del río con el que riegan sus cultivos sea contaminada.

Osó hacer uso de su derecho a disentir, a organizarse, a exigir elecciones libres, a que las comunidades indígenas fueran consultadas de acuerdo con los protocolos marcados por Naciones Unidas, a defender el medio ambiente, a ejercer la tan cacaraqueada soberanía del pueblo para tomar decisiones e incluso a exigir que se respetara la identidad de los campesinos.

“Queremos seguir siendo campesinos”, le gritaron a López Obrador cuando les ofreció bajarles las tarifas de electricidad a cambio de que permitan al gobierno conectar la termoeléctrica.

Pero con Samir no solo murió el Estado de derecho, o parte de él, sino el respeto más elemental a la dignidad humana. El líder indígena Jaime Domínguez lo dijo bien: “Andrés no se ha tomado la molestia de llamar por su nombre a Samir”.

Por razones de Estado ha quedado prohibido mencionar su nombre.

¡Lo que destruyó AMLO en cien días!

marzo 01, 2019

Ricardo Alemán/La Otra Opinión.-

Metidos en la vorágine cotidiana de horas y horas de propaganda gratuita —que todos los medios le regalan al presidente en sus mañaneras—, pocos han analizado la destrucción que en sólo cien días ha provocado el gobierno de López Obrador.

Incluso, estudiosos del Estado consideran que el presidente mexicano pasará a la historia como “el campeón de la destrucción democrática”, no sólo de algunas de las instituciones clave, sino de la confianza en la democracia y, sobre todo, en la figura presidencial.

Por eso, ya es motivo de quinielas una pregunta inquietante para propios y extraños: ¿Hasta dónde llegará el bono de popularidad del presidente y hasta cuándo abrirán los ojos muchos ciudadanos que reniegan de la terca realidad y que se niegan a ver al “campeón de la destrucción democrática”?

¿Qué destruyó el presidente Obrador en casi cien días de gobierno?

1.- Destruyó la división de poderes. Hoy, el Congreso es un vulgar aplaudidor del presidente luego que Morena sale de compras y consigue la claudicación de tantos legisladores como reclama una mayoría obediente a los deseos del presidente. Y si el Congreso es de aplaudidores, la Corte está sometida. El Máximo Tribunal dejó de ser un poder independiente.

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2.- Destruyó los contrapesos institucionales, como el Tribunal Electoral, a cuya ex presidenta obligó a renunciar para manipular a modo los procesos electorales, al tiempo que el Tribunal busca el regreso ilegal de los “partidos paraestatales”, como el PES.

3.- Destruyó instituciones como la Comisión Reguladora de Energía, entre otras, que gracias al Senado serán meros paleros presidenciales.

4.- Destruyó Pemex, que hoy es chatarra entre petrolero y financiero, gracias a que colocó a un amigo como director, quien demolió la petrolera.

5.- Destruyó al Fondo de Cultura Económica, entregado a un extranjero fanático de la violencia a quien debieron hacer un traje legal a la medida.

6.- Destruyó Sectur —motor del desarrollo y la creación de empleos—, porque según el presidente, el turismo no es para ricos, sino para pobres.

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7.- Destruyó el Conacyt porque la ignorancia presidencial se mudó a  una suerte de repudio a la ciencia y al conocimiento.

8.- Destruyó la Conade, y la entregó a una ambiciosa sin límite y sin la menor preparación y a quien debieron hacer otro traje legal a la medida.

9.- Destruyó el Seguro Popular, porque el presidente odia a Felipe Calderón y todo lo que haya hecho su gobierno, a pesar del alto costo social.

10.- Destruyó las estancias infantiles porque el presidente odia a las mujeres que trabajan y que dejan a sus hijos en guarderías. Quiere a las mujeres en casa.

11.- Destruyó los refugios para mujeres porque el misógino presidente no cree que las mujeres deban escapar del control de sus violentos esposos.

12.- Destruyó comedores comunitarios que atendían a pobres extremos, porque prefiere que los “pobres de los pobres” coman de la basura.

13.- Destruyó las expectativa de crecimiento económico a causa de decisiones económicas torpes que hicieron caer las expectativas de crecimiento económico.    

14.- Destruyó la creación de empleos y, en sólo cien días, se perdieron más de 600 mil empleos.

15.- Destruyó el futuro de jóvenes creadores; cineastas, guionistas, escritores, fotógrafos y artistas al cancelar los estímulos al cine y la cultura.

16.- Destruyó la reforma educativa y la calidad de la educación, para congraciarse con la mafia de la CNTE.

17.- Destruyó la reforma energética y, con ello, catalizó la pérdida de empleos bien pagados.

18.- Destruyó el avión presidencial, hoy convertido en chatarra a un costo que multiplica el gasto en traslados del jefe del Ejecutivo.

19.- Destruyó más de 132 vidas y sus familias, por un error en la compra de gasolina al extranjero, que luego enmascaró con la mentira del la crisis del “huachicol”.

20.- Destruyó la confianza de inversionistas extranjeros que huyeron de México junto con capitales que buscan certeza jurídica. En CDMX, se canceló la construcción de siete obras inmobiliarias de primer mundo.

21.- Y la cereza del pastel es la destrucción del NAIM, la obra de infraestructura más importante de la historia del país y que fue derribada por un berrinche presidencial.

¿Cuál fue el berrinche?

Que el presidente Obrador no tolera que nadie brille más que él. El NAIM es una obra cuya paternidad pertenece al ex presidente Peña Nieto.

Pero se equivocan quienes dicen que el presidente Obrador no ha construido nada.

¡Falso, Obrador construyó el nuevo Fobaproa, mayor al de Salinas y Zedillo y que nos endeudará a todos por mas de 30 años!

¿En cuántos años despertará México?

Al tiempo.

 
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