Eduardo Ruiz-Healy
Recién terminé de leer la traducción al español del libro
del politólogo alemán Jan-Werner Müller intitulado ¿Qué es el populismo? (Grano
de Sal, México 2017). Es uno de varios textos que he leído para poder entender
mejor el porqué del éxito que alrededor del mundo están teniendo los políticos
populistas.
En su presentación del libro, la editorial Grano de Sal
anota: “Donald Trump, Bernie Sanders, Marine Le Pen, Beppe Grillo, Viktor
Orbán, Recep Tayyip Erdoğan y Nicolás Maduro son prueba de que hay un auge
populista en el mundo. Pero, ¿de verdad tienen algo en común todos estos
personajes (aparte de su vociferante modo de ser)? ¿Existe, de entrada, eso que
ellos llaman ‘el pueblo’? Su forma de actuar en la escena pública, ¿reduce la
distancia entre el gobierno y la gente o en realidad es una amenaza para la
democracia? ¿Hay alguna diferencia entre el populismo de derecha y el de
izquierda?”
Es obvio que Müller no tiene una buena opinión sobre los
gobiernos populistas y con argumentos sólidos, bien fundados, justifica su
postura, la cual comparto.
En su “Conclusión”, el autor presenta siete tesis sobre
el populismo que aquí presento muy resumidas.
Primera tesis: el populismo no es parte auténtica de la
política democrática moderna ni una especie de patología causada por los
ciudadanos irracionales. Los populistas no están en contra del principio de la
representación política; únicamente insisten en que ellos son los representantes
legítimos.
Segunda tesis: además de ser antielitistas los populistas
son antiplurales, ya que afirman que ellos y sólo ellos representan al pueblo.
Aseguran que todos sus adversarios políticos son esencialmente ilegítimos y que
quien no los apoya no es propiamente parte del pueblo. Cuando están en la
oposición insisten en que las élites son inmorales, mientras que el pueblo es
una entidad moral y homogénea cuya voluntad no se equivoca nunca.
Tercera tesis: Los populistas dicen que representan el
bien común tal como lo desea el pueblo. Basados en este argumento suelen
enfrentar a dicho pueblo contra los funcionarios democráticamente electos.
Cuarta tesis: A los populistas les gusta realizar referendos
o consultas populares, pero no para conocer la voluntad del pueblo sino para
avalar lo que previamente ellos definieron como la voluntad del pueblo.
Quinta tesis: Los populistas gobiernan bajo la idea de
que sólo ellos representan al pueblo. Utilizan prácticas clientelistas y
corruptas y suprimen a la sociedad civil crítica. También escriben
constituciones diseñadas para mantenerse en el poder y perpetuar una supuesta y
auténtica voluntad popular.
Sexta tesis: Los populistas deben ser criticados por lo
que son, un verdadero peligro para la democracia (y no sólo para el
liberalismo).
Séptima tesis: El populismo no es un correctivo para la
democracia liberal pero sirve para señalar claramente qué segmentos de la
sociedad no están representadas. El populismo debe hacer que los defensores de
la democracia liberal piensen seriamente sobre sus fallas para así corregirlas.
Para entender lo que sucede en México y alrededor del
mundo es necesario leer ¿Qué es el populismo? y obras similares. Quien lo haga,
entenderá lo que ocurre y tratar de protegerse contra lo que pudiera ocurrir.
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Ruiz-Healy
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@ruizhealy